Nadie pone en duda que este virus lleva corona, y de las grandes, porque está siendo el rey en arruinarnos planes como por ejemplo, una gran boda. Pero el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor, así que ante esta nueva monarquía totalitaria hemos optado por cambiar nuestro estilo de celebración y adaptarnos a las circunstancias. Si no puede ser a lo grande, será algo discreto e inolvidable. Sin embargo, esta nueva tendencia de «boda íntima» está resultando un gran éxito entre los novios que han decidido seguir adelante con sus planes porque encuentran que es un formato altamente ventajoso frente a la celebración tradicional con centenares de invitados.
Lógicamente, si hay menos invitados a los que prestarle tus atenciones, podrás estar más tiempo con cada uno de ellos. Esto supone más intensidad, más recuerdos, más anécdotas y no te pasarás la boda saludando y tomando una copa entre foto y foto. Además, con un número reducido de invitados, se te abre un mayor abanico de opciones para acceder a lugares de pequeño aforo, rincones o jardines sin necesidad de grandes logísticas u organizar sorpresas que de la otra forma sería más complicado hacer.
Cuando uno se siente como en casa, no es necesario una celebración típicamente encorsetada, sino que puedes tomarte las licencias que desees para ser tú mismo y disfrutar sin condiciones. No se trata solo de desmelenarse en el baile, el atuendo de los novios, el escenario o el menú también giran hacia tendencias más informales aunque no por ello menos bonitas, fascinantes o deliciosas. Por cierto, échale otro vistazo a nuestro artículo sobre «¿cómo vestirán las novias del futuro?», seguro que encuentras ideas fabulosas.
Si algo diferencia una boda tradicional -150 personas-, de una boda íntima, es claramente la parte financiera. No es lo mismo hacer una inversión gastronómica para 50 personas que para 200. Incluso hay un handicap más. Hay platos que funcionan muy bien para bodas pequeñas pero que podrían ser un completo desastre cuando se trata de un enlace de gran magnitud: no llega caliente, no llega bien emplatado o llega tarde.
La principal ventaja que le encantará a casi todas las novias es la decoración. Tener menos asistentes permite invertir en «decos» más impactantes, pero asequibles, porque hay menos focos que adornar pero todos con más carga visual. Podréis elegir la flor que os guste, sin pensar en la parte económica, la temática que más os divierte, sin pensar en la complejidad del atrezzo o elegir la cercanía de una única mesa para el banquete, sin pensar en el complejo y odioso sitting.
La lista soñada por todos los novios es aquella en la que nadie sobra. En la lista de tus sueños no tienen cabida los compromisos, los amigos de tus padres o ese compañero de trabajo que es un poco petardo. Solo asiste a tu día aquellas personas con las que verdaderamente quieres celebrarlo y eso es inigualable. No tendréis que buscar excusas o disculpas incómodas, bastará con un: – «será una boda íntima», y nadie se sentirá olvidado. Visto desde la otra cara de la moneda, tus invitados se sentirán más seguros y tranquilos si en estas circunstancias de pandemia perciben que todo está bajo control siendo riguroso con las medidas de higiene y sobre todo, facilitando la distancia de seguridad.
